Lo que entendí observando a los gansos en formación.

Lo que entendí observando a los gansos en formación.

Hace unos meses, durante un trayecto largo por carretera, decidí hacer una pausa para estirar las piernas y tomar un poco de aire. Me detuve en un lugar apartado, rodeado de árboles y campos abiertos. El clima estaba fresco y el cielo despejado. Mientras caminaba despacio cerca del vehículo, un sonido llamó mi atención. Era un conjunto de aves que sobrevolaba el horizonte en perfecta formación. Al principio no reconocí qué especie era, pero cuando miré con más detenimiento, supe que se trataba de gansos migratorios.

Lo más llamativo no fue solo su número, sino la figura que formaban. Volaban en una estructura de V amplia y ordenada. Unas aves al frente, otras alineadas a los costados, todas avanzando como si siguieran una coreografía milimétrica. Me quedé mirándolos hasta que desaparecieron del cielo. Había algo en esa imagen que no quería olvidar. No solo porque era estéticamente hermosa, sino porque, de alguna manera, intuía que escondía una enseñanza.

Ya de regreso en casa, busqué más información sobre esa formación en V. Descubrí que no es casualidad ni instinto sin lógica. Cada ganso, al batir sus alas, crea una corriente de aire ascendente que ayuda a las aves que van detrás. Esta corriente reduce el esfuerzo que deben hacer para volar, permitiéndoles cubrir mayores distancias sin agotarse. Además, cuando el ganso que va al frente se cansa, se retira a un lugar trasero, y otro lo sustituye. Ninguno lleva siempre la carga. Todos, en algún momento, dan y reciben.

Esa dinámica me dejó pensando en cómo muchas veces olvidamos que no estamos hechos para cargar todo solos. Vivimos como si tuviéramos que ser los líderes permanentes de nuestras propias vidas, sin espacios para el descanso, sin red de apoyo. Nos exigimos ser fuertes, constantes, invulnerables. Pero la verdad es que, como los gansos, necesitamos momentos para liderar y momentos para ser sostenidos.

Pensé en las personas que me rodean. En aquellos que, en silencio, me han ayudado a avanzar. No necesariamente con grandes actos, sino con detalles: una conversación honesta, una escucha atenta, una palabra en el momento justo. Y también recordé cuántas veces me ha costado pedir ayuda, como si hacerlo fuera sinónimo de debilidad, cuando en realidad es un acto de humildad.

Los gansos no discuten quién va primero. No compiten por el lugar de liderazgo. Lo rotan porque entienden que la meta es más importante que el protagonismo. Y eso me pareció profundamente sabio.

Vivimos en una época donde se valora mucho ser el primero, el que destaca, el que siempre va adelante. Pero si estamos permanentemente en esa posición, sin pausas, terminamos desgastados. Y cuando eso sucede, en lugar de avanzar, comenzamos a frenarnos sin darnos cuenta.

Ver a esos gansos me hizo entender que el verdadero avance colectivo ocurre cuando todos entienden su momento. A veces te toca dar impulso. A veces te toca dejarte llevar por la corriente que otro generó. Y ambas cosas están bien. La clave está en reconocer el ritmo propio y el del grupo.

Hay otro detalle que me pareció admirable. Cuando un ganso se enferma o se debilita durante el vuelo, dos de sus compañeros se desvían de la formación para acompañarlo hasta que pueda recuperarse o, si no lo logra, quedarse con él hasta el final. No lo dejan solo. No lo abandonan por ser más lento. Lo acompañan, sin agenda, sin preguntas, sin condiciones.

Eso me hizo reflexionar sobre cómo estamos acompañando a los que van más despacio en nuestro entorno. ¿Nos detenemos con ellos? ¿O solo caminamos con los que pueden seguir nuestro ritmo?

A veces nos acostumbramos tanto a avanzar que no notamos a quien está quedando atrás. O peor, lo notamos y preferimos no mirar para no tener que disminuir la velocidad. Pero el verdadero compañerismo no se mide en los momentos cómodos, sino en los momentos en que alguien necesita que adaptemos nuestro paso al suyo.

Los gansos vuelan juntos porque entienden que la distancia es larga, que habrá cansancio, que habrá clima adverso, pero que juntos es más posible. Y eso se parece mucho a la vida. Porque vivir también es un viaje largo, con temporadas de calma y de tormenta. Y aunque hay trayectos que debemos recorrer solos, hay otros donde compartir el vuelo puede marcar toda la diferencia.

Me pregunté entonces qué formación estoy siguiendo en mi vida. ¿Estoy permitiéndome recibir el impulso de otros o estoy empeñado en llegar por mis propios medios? ¿Estoy cuidando de quienes me rodean o estoy tan concentrado en avanzar que los pierdo de vista? ¿Estoy dispuesto a rotar el liderazgo cuando sea necesario o me aferro al control?

Lo cierto es que ninguno de nosotros puede sostener el vuelo eternamente desde adelante. En algún momento, incluso los más fuertes necesitan replegarse, respirar, ser acompañados. Y eso no es rendirse, es reconocerse humano.

Ver a esos gansos fue mucho más que un instante bonito. Fue una lección inesperada. Una imagen que vino a recordarme que no estamos solos, que no todo depende de uno mismo, que el camino es más llevadero cuando entendemos que somos parte de algo más grande.

Hoy quiero invitarte a mirar a tu alrededor. A identificar quién va a tu lado, quién ha volado detrás de ti dándote impulso sin que lo notaras, quién te ha sostenido sin esperar aplausos. Y también a preguntarte: ¿Cuándo fue la última vez que permitiste que alguien más tomara el frente mientras tú descansabas un momento?

Gracias por llegar hasta aquí. Si esta historia resonó contigo, compártela con alguien que también necesite recordar que no está solo. Mañana volveré con otra historia. Porque a veces las respuestas que más necesitamos no vienen desde lo abstracto, sino desde el cielo, flotando en alas que saben volar juntos.

Marlon Zometa

Hola, soy Marlon Zometa, Blogger y Creador de Contenido apasionado por inspirar, conectar y transformar vidas a través de mensajes auténticos y reflexiones profundas. En este espacio comparto contenido único diseñado para motivarte y ayudarte a ver la vida desde nuevas perspectivas. Conecta conmigo: facebook instagram twitter youtube tiktok pinterest external-link external-link

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente